lunes, 29 de octubre de 2012

Mantener la marea verde (1)


El comienzo del curso escolar ha estado caracterizado por el fracaso de la huelga indefinida, al que ha seguido un amplio desaliento en los claustros, en contraste con la proliferación y dispersión de convocatorias de concentraciones y manifestaciones y, ahora, la huelga general.

Del primer fracaso sorprende su envergadura. Tras todo un curso descalificando la estrategia de los sindicatos mayoritarios, acusándolos de falsear el verdadero sentir de las asambleas y de frenar las movilizaciones, se hubiera esperado que la convocatoria hubiese sido seguida, como mínimo, por el 25% de las plantillas. Aunque ahora se desvíe la atención y las culpas, nuevamente, hacia los sindicatos mayoritarios, el escasísimo 5% de seguimiento nos indica que hay un sector del profesorado que confunde deseos con realidades.

El desencanto en los centros educativos viene causado por el cansancio tras un curso de movilizaciones en el que no se han percibido éxitos concretos sino que, por el contrario, han persistido las agresiones contra la escuela pública y las condiciones laborales del profesorado.

Que el fracaso de la huelga indefinida no sea el canto del cisne de la marea verde va a depender de la capacidad de los sindicatos mayoritarios y las organizaciones que se reclaman del 15M para
1)     reconstruir algún tipo de consenso
2)     presentar una estrategia creíble a unos claustros camino del agotamiento y la desmotivación.
3) ser capaces de encontrar medidas impactantes y mediáticas que permitan proseguir la movilización con el menor desgaste del profesorado.

Se trata de acordar un programa de acción que dé perspectivas a las movilizaciones, que aclare los objetivos que se pueden obtener, de qué manera y con qué horizonte temporal.

El sindicalismo confederal en Madrid consiguió el curso pasado coliderar las movilizaciones a pesar de la desconfianza y el hostigamiento de algún sector y a ello no fue ajeno el sentido común y la experiencia de alguna de las corrientes de Comisiones Obreras que impulsaron el proceso desde institutos de Vallecas.

Sin embargo, hoy parece tan resignado como los convocantes de la huelga indefinida a que el movimiento se desinfle por carecer de motivaciones.

El nuevo consenso ha de plantearse sobre la base de que la lucha va a ser inevitablemente larga y ofrecer una estrategia de presión permanente que, al mismo tiempo, desgaste lo menos posible al profesorado y haga durar la movilización.

Una estrategia que, en primer lugar, diferencie los dos frentes en los que hay que moverse.

Por un lado, en todo aquello que depende de los Presupuestos Generales del Estado: salarios y plantillas, principalmente, hay que explicar al profesorado que no hay soluciones sectoriales ni parciales. Que no se va a descongelar salarios u oferta de empleo público a unos sectores y a los otros no y que, por lo tanto, la confluencia con los otros sectores no sólo es inevitable sino necesaria. Se trata, nada menos, que de cambiar la política económica y en esa tarea la marea verde puede jugar papeles importantes pero no puede triunfar sola.

En este sentido, esa estrategia debe buscar la convergencia y alianzas, principalmente, con otros colectivos de empleados públicos, confluyendo la marea verde en océanos arco iris (por el color de las camisetas de los otros colectivos). Pero también debe confluir en jornadas de lucha con el resto de los trabajadores, incluida la huelga general, en todo lo referido a la pelea contra la política económica, las desigualdades y el injusto reparto de los sacrificios.

Y, sobre todo, debe ser audaz y proponerse la alianza con los sindicatos de enseñanza en los países del sur (los llamados PIGS) para trabajar en la convocatoria de una movilización a celebrar el mismo día, que pueda ser el germen de una resistencia europea coordinada. Una iniciativa así despertaría y animaría la pasividad actual.

En el segundo frente, el frente específicamente educativo, que tiene que ver con las medidas de calidad, atención a la diversidad, nueva ley de educación, segregación de alumnos, privatizaciones, etcétera, habrá que hacer coincidir las movilizaciones con la comunidad educativa, padres, madres, estudiantes. Y, por último, habrá que convocar movilizaciones estatales, al menos, en torno a la nueva ley WERT.

En este marco, donde la CEAPA y el sindicato de estudiantes han dado el primer paso la semana del 15 al 22 de octubre, es más posible conseguir avances a corto y medio plazo, frenar alguna agresión, retirar alguna propuesta.

Para que la fallida huelga indefinida no sea el petardazo, el trueno, que da por finalizadas las tracas de fuegos artificiales del curso pasado, la estrategia de presión continúa que se consensue ha de estar gobernada por un calendario de movilizaciones ampliamente difundido y masivamente conocido. La proliferación de iniciativas de claustros, barrios, plataformas del curso pasado debe continuar, pero ordenada, planificada de alguna manera por algo parecido a una comisión central de movilizaciones que evite que las acciones se solapen y se ocupe de conseguir su máxima difusión y repercusión.

Y debemos hacer un esfuerzo para que las acciones sean lo más publicitarias posible y consigan la atención de los medios de comunicación con el menor coste, también económico, para el profesorado. Hay que salir del “sota, caballo, rey,” de las movilizaciones: concentración, manifestación, huelga, buscando iniciativas lo más mediáticas posibles. Hay que trabajar la propaganda y la publicidad, medidas que causen el desgaste electoral de la administración mientras nos granjean el apoyo de la sociedad.

El encierro permanente de Logroño nos está mostrando un  camino al mantener tensión informativa, y presión con el mínimo desgaste del profesorado. El encierro acompañado de acciones en la calle, cadenas humanas, aulas en la calle, ponerle la camiseta verde a las estatuas, conciertos, etc. ha movilizado a la comunidad educativa, ha procurado alianzas y no enfrentamientos entre padres y profesores y ha revitalizado la movilización, sin desgastar mucho a la mayoría de los docentes.
Fotos de facebook Página Por la Educación Pública en la Rioja 

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