domingo, 9 de septiembre de 2012

La huelga del 88 de la enseñanza pública no universitaria

Abuelito, abuelito, cuéntame otra vez la huelga del 88.

Pues, verás, C., la huelga tuvo lugar después de las primeras elecciones sindicales de la función pública. Estas elecciones se habían celebrado en diciembre de 1987, casi 10 años después de cuando las habían realizado los trabajadores de los sectores privados.

En las elecciones de la enseñanza pública no universitaria obtuvieron representación ocho sindicatos. Y media docena podían considerarse "progresistas".

ANPE Y UCSTE, sindicatos sólo de profesores, consiguieron el primer lugar pero ninguno alcanzó más del 25% de los votos. Después CSIF, CCOO y UGT. En Galicia y Euskadi tuvieron algún éxito los sindicatos nacionalistas como ELA, LAB y CIG. Y sin representación quedaron sindicatos como CGT o USO.



Abuelito, abuelito ¿por qué hay tanta división sindical? ¿No es más difícil así negociar con la administración que, al fin y al cabo, es única? ¿No se es más débil con tanta fragmentación?

Seguramente tengas razón, C, pero la pluralidad sindical es la que quieren los trabajadores y trabajadoras que votan. Y digo bien, que votan, porque ya en esas elecciones hubo casi un 40% de abstención.

Pero, ya ves, los profesores votan a ocho organizaciones y luego les piden que se pongan de acuerdo y les reclaman unidad.

Abuelito, abuelito, ¿y quiénes eran ANPE y UCSTE?

ANPE era un sindicato sólo de profesores, principalmente maestros, que estaba formado por los cuadros del sindicato vertical que existía en el franquismo. Aunque han ido evolucionando en democracia, sigue siendo un sindicato más bien de derechas.

UCSTE es otra cosa. También era sólo de profesores. También su base principal eran los maestros, pero era, y es, un sindicato de orientación progresista, en la medida en que fue un invento del Partido Comunista de España cuando pensó que en los sectores profesionales era posible el sindicato unitario que no había sido posible en el resto del mundo laboral por la existencia histórica de la Unión General de Trabajadores (UGT).

Sin embargo, cuando UGT resucitó la FETE en la enseñanza, el Partido Comunista se replanteó su estrategia y decidió impulsar las Comisiones Obreras de enseñanza. Lógicamente, tanto viraje no satisfizo a todos sus militantes y muchos se quedaron en UCSTE . Por ejemplo, Julián Angúita, maestro, estaba afiliado a UCSTE y no a CCOO, como parecía lógico y todo el mundo pensaba.

La UCSTE acabó fragmentándose en sindicatos de Comunidad Autónoma y aunque son mayoritarios en muchas de ellas (País Valenciano, Baleares, Cantabria, Catalunya, Canarias) no tienen ninguna representación en Madrid. En Madrid, Comisiones Obreras tiene casi el 50% de los votantes pero hay que decir que la abstención es también el 50%.

 Y, volviendo a tu pregunta anterior, cuando Comisiones Obreras se sienta en una mesa de negociación, la administración sabe perfectamente que sólo le han votado uno de cada cuatro profesores y es más fácil resistirse a sus propuestas.

Abuelito, abuelito, ¿no te estás yendo por las ramas?

Si no me interrumpiera con tus preguntas...

Decíamos que había habido elecciones sindicales en la enseñanza y los sindicatos habían presentado sus programas. En casi todos hablaba de incrementar las retribuciones, incremento que pronto se popularizó bajo el concepto de "homologación retributiva con los funcionarios del mismo grupo de titulación de otros ministerios".

Comisiones Obreras realizó un estudio comparando lo que ganaban de media todos los titulados medios del resto de la administración y lo que ganaba los maestros. Y otro estudio similar para comparar a los titulados superiores con los profesores de secundaria.

Y creo recordar que salió una diferencia de 50.000 pesetas mensuales, más o menos.

Abuelito, abuelito ¿se compararon el resto de las condiciones de trabajo?

Eso no era posible. Ni necesario. Tampoco se tuvo en cuenta que nosotros teníamos un mes más de vacaciones. De haberlo hecho seguramente la diferencia hubiera sido menor.

El caso es que con ese estudio los sindicatos se reunieron y establecieron una plataforma reivindicativa con varios puntos y no solo el salarial.

Se hablaba de interinos, de concurso de traslados, de jubilación. Tendría que consultar mis notas.


(La plataforma unitaria de la huelga de profesores de EGB y enseñanzas medias de la educación pública, se elaboró en enero de 1988 y sus reivindicaciones principales fueron cuatro:
Homologación retributiva del profesorado con los demás funcionarios de igual titulación.
Jubilación anticipada a los 60 años, económicamente incentivada.
Regulación de la responsabilidad civil de los docentes por los accidentes de los alumnos a su cargo.

Estabilidad en el empleo del profesorado interino y reconocimiento de su antigüedad para el acceso al funcionariado.)

Los sindicatos presentaron sus reivindicaciones en la recién estrenada mesa de negociación sectorial y, cuando se encontraron con la negativa de la administración, se plantearon convocar una huelga. La convocaron en marzo

¿Huelga indefinida, abuelito?

No, C, no. Se plantearon, simplemente, dos días de huelga como demostración de fuerza ante la administración. Y el seguimiento fue tan masivo que sorprendió a los propios convocantes: un 80% del profesorado se puso en huelga. A pesar de eso la administración se resistió a mover ficha y los sindicatos tuvieron que establecer un calendario de movilización intermitente. Se convocaron dos o tres días de huelga cada dos o tres semanas. Y las convocatorias se mantuvieron con similar grado de seguimiento. Apenas se bajó un 5 o un 10% de los huelguistas.

¿Y el ministerio cedió, claro?

Ojalá las cosas fueran tan sencillas. El ministerio se resistió, claro. Argumentó que era imposible comparar los trabajos de unos y otros funcionarios y que Hacienda no tenía dinero para tanto docente. Además, imagino que pensaban que sentaría un pésimo precedente para el futuro y no sólo de los profesores. Si cedían, se exponían a huelgas de otros funcionarios e incluso a nuevas huelgas en la enseñanza por otros motivos.
Así que lo que hizo fue una oferta mínima en  2 tiempos.

¿Estabais en un callejón sin salida?

La cosa estaba complicada, sí. No se sabía cuánto tiempo más iba a aguantar la gente de huelga tras los descuentos de 20 días. Y algunos sindicatos se pusieron nerviosos. En la mesa había cinco sindicatos. Los sindicatos de la derecha, ANPE y CSIF, pensaban que sus bases, gente más bien de orden, estaban cansados de tanta huelga, que eso era cosa de rojos; la Unión General de Trabajadores estaba preocupada por el desgaste al que estaba sometiendo a un gobierno socialista, un gobierno hermano, al fin  y al cabo, y un sector de UCSTE pensaba que ya no se podía conseguir más, que el ministerio no iba a ceder más y que no merecía la pena que nos siguieran descontando si no iba a haber mejores ofertas sobre la mesa. Comisiones Obreras mismas estaba preocupada: ¿cuánto tiempo más podíamos mantener los profes la movilización con el mismo nivel de fuerza si el ministerio no cedía?

¿Y entonces convocasteis la huelga indefinida?

No, nunca hemos sido suicidas.

Una noche aciaga el ministerio volvió a reunir a los cinco sindicatos y les dio un ultimátum. O aceptaban su última oferta y ya seguirían negociando el curso siguiente o se rompían las negociaciones. ANPE,CSIF y UGT aceptaban, Comisiones lo rechazaba y UCSTE dudaba. UCSTE era la clave. Si firmaba la oferta, habría acuerdo, si no, UGT tampoco la firmaría y la derecha se echaría para atrás.

Durante toda la noche Comisiones trató de impedir que UCSTE firmase. Los de Comisiones sabían que si cuatro sindicatos firmaban y uno no, la gente no haría distinciones. Se olvidaría de quien había firmado al cabo de dos meses y hablaría de la traición de los sindicatos, así en general.

A las cuatro la madrugada, Comisiones se dio por vencida. UCSTE firmaba. (Uno de los cuatro negociadores de Comisiones Obreras sentenció: "no podemos hacer más, dejarles que se hundan")

Maravall asegura que el preacuerdo firmado con los sindicatos "es el límite y el máximo posible"

  • Comisiones Obreras pedirá a los profesores el voto negativo en el referéndum

¿Y así terminó todo?

No. Los firmantes eran conscientes de que lo firmado era poco e iba ser rechazado por las asambleas donde suele ir el profesorado más militante o concienciado  y trataron de conseguir legitimidad convocando un referéndum para ratificar el acuerdo alcanzado.

Pero el resultado del referéndum fue abrumador. Hubo una participación masiva y un 82% del profesorado rechazó la propuesta. (Si tuviera por aquí mis notas te daba los datos exactos de participación).

Los resultados no admitían dudas o interpretaciones y los firmantes no tuvieron más remedio que desdecirse.

¿Y qué pasó entonces?

Comisiones Obreras pretendía que, tras el referéndum, fuera el ministerio quien tuviese que mover ficha y proponía esperar un poco. Pero los sindicatos radicales, apoyados ahora por los sindicatos firmantes, propusieron una huelga indefinida. El argumento de los firmantes era, algo enfadados y mosqueados, que si no se aceptaba la oferta del MEC, lo consecuente era ir a por todas.

Aunque Comisiones Obreras pensaba que la voluntad del profesorado ya estaba demostrada con el aplastante resultado la consulta y que la huelga indefinida sería minoritaria, cedió para no romper la unidad otra vez y no ser acusada de boicotear la movilización. La huelga indefinida se convocó y a los tres días se desconvocó por falta de seguimiento. Fue el estertor del movimiento. Llegó junio y el curso terminó como había empezado pero con la gente quemada, con 10 días menos de salario y llamando traidores a todos los sindicatos.


CC OO mantendrá la huelga intermitente sólo en caso de contar con apoyo mayoritario

http://elpais.com/diario/1988/05/28/espana/580773607_850215.html

Vaya palo, abuelito, y vaya marrón

Sí. Sin embargo, en Comisiones se hacía el análisis de que el ministerio no tenía más remedio que negociar el curso siguiente si no quería tener un conflicto permanentemente abierto y un profesorado cabreado.

Así que cuando comenzó el curso siguiente, sin convocatoria de huelga ni nada, se pusieron a negociar.

¿Negociar sin huelga?

Las huelgas, cuando se convocan, es para demostrar una fuerza que el otro no te reconoce. Si tus fuerzas están claras no tienes que convocar porque la otra parte ya sabe que, si lo haces, tendrás un seguimiento masivo.

Pero este no era el caso: la gente estaba quemada y no se sabía si volverían a movilizarse.

Es cierto. De hecho, Rubalcaba, que sustituyó al equipo negociador del ministerio, le dijo un día a los sindicatos: "a nosotros nos odian pero a vosotros os desprecian".

Sin embargo, la movilización del curso anterior todavía tenía efectos hasta el punto de que el Ministerio necesitaba un acuerdo para lanzar la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE). La ley no podía ser lanzada con el profesorado en contra. Era una situación en la que el coste del desacuerdo podía ser muy grave.

Tras meses de negociaciones, en diciembre, se firmó un nuevo acuerdo retributivo, que incluía los sexenios, un nuevo sistema de acceso a la función pública para interinos, el acuerdo sobre la jubilación anticipada los 60 años, que lo firmó Comisiones en solitario, un nuevo concurso de traslados, el sistema de acceso desde maestros a profesores de secundarias, etc.



Todos felices, por fin?

Ni por asomo. Casi todos los acuerdos tuvieron su crítica y aunque los hemos disfrutado todos los docentes, mucha gente sigue pensando que se podía haber conseguido más, que los sindicatos habían cedido muy pronto y que no había merecido la pena tanto descuento para lo poco conseguido.

Fíjate en que la jubilación a los 60 años, de la que hoy todos lloran su final, fue firmado en solitario por Comisiones Obreras en medio de grandes críticas.

Y cuando alguien critica así, a la mayoría le da por pensar que seguramente se habría podido conseguir algo más si los sindicatos no fueran tan pactistas, débiles y vendidos. De hecho, no sé lo que dirán los militantes de CGT sobre aquella época pero si recurrimos a las hemerotecas veríamos que lo criticaban ferozmente.

¿Y qué pasó en las siguientes elecciones sindicales?

La abstención aumentó otro poco y Comisiones Obreras tuvo un éxito relativo. Se convirtió en el primer sindicato de la  enseñanza pública pasando del 17% de representatividad al 23%.

La verdad es que me pareció poco rédito para tan buen trabajo.

¿Y tú qué hacías entonces, abuelito?

El abuelo tiene el orgullo de haber estado liberado por Comisiones Obreras durante esos años. Que me pagasen por defender a los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza pública y a esta enseñanza pública siempre me ha parecido un chollo. Ya sé que para otros eso de haber estado liberado, y tanto tiempo, me convierte en un burócrata de mierda, uno de esos traidores que huyen de la tiza. Yo nunca me he visto así y no sólo porque pensaba que era algo temporal, aunque se fue alargando en el tiempo. He tenido la suerte de poder elegir entre dos trabajos que me apasionan por igual. Y eso de poder elegir me ha evitado tener que tragar con piedras de molino o aguantar cosas que no me gustasen porque no tenía adonde ir.

(Durante mi época de liberado he  encontrado vagos, torpes, aprovechados y trepas y demás calaña. Pero en  igual medida que en cualquier otro gremio. Como en la mayoría de los claustros. Incluso menos que en algunos sectores, como, por ejemplo, los diplomáticos. Pero si el número de mala gente es igual que en el de cualquier sector, el número de buena gente es, sin embargo mayor. Gente desinteresada cuya única motivación es mejorar las condiciones de trabajo de sus compañeros y defender la enseñanza pública he encontrado muchísima).

El abuelo se liberó para Comisiones Obreras en septiembre de 1984. Entonces sólo había ocho liberados para todo el territorio MEC y sólo uno para Madrid. Ese fue el abuelo.

Al curso siguiente o dos cursos después, ¡ay, la memoria!, aumentaron los liberados. Y al abuelo le nombraron "secretario de acción sindical estatal de la enseñanza pública". En el argot sindical, eso significaba que cuando se convocó la huelga de 1988 el abuelo era el máximo responsable de las movilizaciones y uno de los cuatro miembros de la comisión negociadora de Comisiones Obreras en ese proceso.


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